Hay un mito obrando entre los creyentes el cual dice que alguien puede tener una vida, una cierta naturaleza, y al mismo tiempo una mentalidad, un grupo de deseos, un estilo de vivir y hablar que es completamente diferente a esa naturaleza. Es el pensamiento de que la evaluación espiritual debe ignorar lo que la vida de una persona produce y simplemente aceptar lo que los labios de esa persona dicen. Se enseña que la Biblia nos reconciliara con la condición de la vida espiritual de una persona, por qué esa persona profesa tener fe en Cristo, mientras que al mismo tiempo, la vida de esta persona, sus actitudes, lo que dice y su conducta, dicen que esa persona no tiene fe en Cristo. Es el mito de los frutos engañosos. Y yo digo que este pensamiento representa solamente eso, un mito, una decepción, por qué precisamente, eso es lo que Jesus nos dice. Desmentiremos este mito en la predica titulada "El mito de los frutos engañosos", basada en Lucas 6:43-45. |