Salmos es el libro más grande de la palabra de Dios. Habla de la alabanza a Dios. La palabra Salmos significa alabanzas. La palabra adorar significa postrarnos. Para adorar y alabar a nuestro Dios debemos postrarnos delante de Él - tomando nuestro lugar en el polvo mientras reconocemos y adoramos Su supremacía, perfección, y obra. ...
Es un error interpretar los Salmos en un sentido histórico solamente - aplicando las palabras de los Salmos solamente a hombres. Aquel de quien hablan los Salmos es el Señor Jesucristo mismo - nuestro gran Dios y Salvador.
(Lucas 24:25-27) “...Él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.”
(Lucas 24:44-47) “...les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”
Los Salmos hablan de Su encarnación, Su Deidad, el Hijo eterno de Dios, Su oficio como Profeta, Sacerdote y Rey, Su entrega, Su agonía, Su tribuna delante de Pilato, como Le rechazaron, Su muerte, Su resurrección, Su ascensión, Su exaltación, y Su segunda venida para juzgar el mundo.
Nos hablan de la santidad de corazón y vida - de Cristo, aquel único perfecto en la historia del mundo. Los Salmos hablan de la bendición de la justicia - del único Justo que ha vivido. Los Salmos nos hablan de los enemigos de la justicia - de los que odiaron a Cristo sin causa. Los Salmos hablan del castigo de los impíos - de Cristo el Juez de todos. El Señor Jesucristo nos es mostrado en los Salmos como el Dios del Pacto con Su Israel verdadero.
El Evangelio nos habla del Reino de Dios. Los Salmos nos hablan de Cristo el Rey. Dios Padre nombró a Su Hijo ser Rey en Sion - y gobernará las naciones con la vara de hierro.
El Evangelio es un récord de la historia de la vida de nuestro Señor en este mundo. Los Salmos son el récord de Su ser - las pasiones, sentimientos, y experiencias de Su corazón y alma - que “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” para “ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo” - intercediendo como Uno tocado con nuestras debilidades.
[De el comentario de Los Salmos de el nuevo libro 'Un Paseo De La Santa Biblia']