Mi corazón se quebranta cuando veo la gente pervirtiendo el Evangelio. Pero tengo que decir nuevamente ... ¡Hay un solo Evangelio! El evangelio de la gracia libre y soberana de Cristo mi Señor. El Evangelio que da a Cristo toda la gloria en la salvación y excluye la jactancia humana. El Evangelio que exalta el amor electivo del Padre, la redención eficaz del Hijo, y la gracia irresistible del Espíritu Santo. Esto es el evangelio y donde esto no se predica, el Evangelio de Cristo no está siendo predicado! Llámame intolerante, de mente estrecha, o sectario, si quiere, pero este es el único Evangelio que salvará a un pecador como yo. Yo soy cautivo de este Evangelio. Realmente no tengo más remedio que predicar este Evangelio! Mientras que muchos al rededor nuestro vuelven atrás, y mientras que otros nos critican por lo que mantenemos, "Debo decir con Martín Lutero de la antigüedad, "Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa!" Por la Gracia de Dios estoy dispuesto a morir por este Evangelio, y digo junto con el Apóstol Pablo: "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, PARA DAR TESTIMONIO DE EVANGELIO DE LA GRACIA DE DIOS" (Hechos 20:24).