Para responder correctamente a esta pregunta, habría mucho que decir a manera de introducción. Pero para no alargar el tema permítasenos trazar la diferencia en términos muy simples. Sólo haremos tres breves reflexiones preliminares. Primero, lo que creemos está fundamentado en “A QUIEN CREEMOS”. Es decir, esto no es un ejercicio intelectual o académico. Lo que tenemos es una relación viva con Jesús, el Cristo, el Señor de la gloria, nuestro Salvador. Esa es la razón por la que nos negamos a permitir que nuestro deseo por ser testigos de Él sea reducido a un debate. Segundo, las diferencias en lo que creemos no son una cuestión de énfasis teológica. Denominaciones han sido creadas por una doctrina o tradición enfatizada más que otra. La diferencia entre lo que creemos y lo que los demás creen, es la diferencia entre la vida eterna y la muerte eterna. Tercero, nosotros entendemos, por experiencia personal, que la única manera de que alguien pueda ver (a manera de ser salvo por esa visión) la diferencia entre la verdad y una mentira es por la gracia libre y soberana de Dios. Él es el único que puede hacer que haya distinción entre una persona y otra.
Entonces, ¿cuáles son las diferencias?
No creemos que Dios ama a todo el mundo. Creemos que el amor de Dios solo se encuentra en Cristo, y esto fue determinado por Dios antes de que el mundo fuera creado. Efesios 1:4
No creemos que Cristo murió por todo el mundo. Cristo dio su vida por las ovejas, no por las cabras. No nos toca a nosotros el intentar averiguar cuál de estos los hombres son. Sus ovejas oirán su voz y le seguirán. El propósito de Cristo es el salvar a sus escogidos y él cumplió todo aquello que vino a hacer. Juan 10:26-27; Isaías 42:1-4
No creemos que Dios, de alguna manera, quiere que todos los hombres sean salvados. Dios, es Dios, por tanto su voluntad siempre es cumplida. Si él quisiera que todos los hombres fueran salvados, entonces todos los hombres serian salvados. El propósito de Dios conforme a la elección permanecerá.Romanos 8:11, 28
No creemos que el hombre tiene un "libre albedrío". La voluntad del hombre está en servidumbre a su naturaleza pecaminosa. La voluntad del hombre no está en libertad como para elegir a Cristo. El hombre, dejado a sí mismo es incapaz de creer. Es necesario que Dios haga al hombre dispuesto a creer por el milagro del nuevo nacimiento. Juan 3:3
No creemos que el Evangelio es una "oferta" de salvación para ser aceptado por el hombre. El Evangelio es la declaración de las "buenas nuevas," que Cristo ha hecho todo lo necesario para asegurar la salvación de su pueblo. Dios no está esperando que nosotros hagamos algo para que sea válido lo que Cristo hizo por nosotros. 2 Timoteo 1:9 "¡Consumado es!" Juan 19:30. Este mensaje de gracia es irresistible para los elegidos.
No creemos que nuestra fe sea la causa eficaz de nuestra salvación. La fe de Cristo es la única fe que nos hace aceptos ante un Dios Santo. Gálatas 2:16. Nuestra fe es un don de Dios dado EN la salvación y no PARA la salvación. Efesios 2:8-9
No creemos que la Biblia es un libro de reglas para vivir la vida como un cristiano. Creemos que la Biblia en su totalidad es una revelación de la gloriosa persona y obra consumada de nuestro Señor Jesucristo. Él mismo es nuestra regla de vida. Lucas 24:44-45
En resumen, creemos que "la salvación es del Señor". Él recibe toda la gloria por la salvación de un hombre pecador, vil perro muerto como yo; El Señor Jesucristo es el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Dios, nuestro Padre Celestial, determinó la salvación de su pueblo elegido en el pacto de gracia antes de que el mundo fuera creado. Cristo, el Hijo de Dios, cumplió todo lo necesario para la Santidad y la Justicia a favor de los elegidos. El Espíritu Santo, a la hora convenida, da a los escogidos oídos para oír y corazones para creer. Él entonces los mantiene en Cristo desde el principio asta el fin de su peregrinación en este mundo. En ese momento, ellos verán a Cristo en toda su gloria y serán transformados a su semejanza; hechos COMO ÉL.
Sabemos que hay algunos que querrán debatir estos puntos con versículos de la Biblia que piensan que refutan lo que creemos y hemos delineado. Pero recuerde el primer punto en la introducción. No apenaremos a Cristo convirtiéndolo en un objeto de debate. "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi deposito para aquel día". Si usted tiene interés en este evangelio, le animamos a escuchar el evangelio predicado por un fiel predicador del Evangelio. El Señor utiliza la predicación de Cristo crucificado para salvar a los que creen. La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios.