El libro de Ester describe un mundo profano y secular donde no se mencionan templo, sacerdotes, profetas, oración, adoración ni Dios. Sus héroes, Ester y Mardoqueo, aunque valientes e inteligentes, son espiritualmente mediocres (contrario a Daniel, NehemÃas, Esdras, ZacarÃas, Hageo o Zorobabel, sus contemporáneos y compañeros de exilio). Pero en este mundo sin Dios, donde la sensualidad, la polÃtica, las intrigas, la violencia y la brujerÃa predominan, Dios muestra que Él es el Dios soberano que controla la historia, las naciones, los individuos y los sucesos y que está presente para cumplir sus propósitos y preservar a su pueblo. |