La confesión de fe de Westminster 21:7, 8
7. Asà como es ley de la naturaleza que, en general, una debida proporción de tiempo sea separada para la adoración a Dios; asà también, en su Palabra, mediante un mandamiento positivo, moral y perpetuo, que obliga a todo ser humano, en todos los tiempos, Dios ha establecido especÃficamente un dÃa de cada siete, como un reposo, para ser guardado santo para Él. Desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, este dÃa era el último de la semana, pero desde la resurrección de Cristo, fue cambiado al primer dÃa de la semana, el mismo que en la Biblia se llama DÃa del Señor, el cual debe continuar hasta el fin del mundo como el Sábado cristiano.
Éxodo 20:8, 10-11; IsaÃas 56:2, 4, 6-7; Génesis 2:2-3; 1 Corintios 16:1-2; Hechos 20:7; Apocalipsis 1: 10; Éxodo 20:8, 10 con Mateo 5:17-18.
8. El Sábado Cristiano es, pues, guardado santo para el Señor, cuando los seres humanos, después de una debida preparación de sus corazones y arreglando con anticipación sus asuntos comunes, no solamente observan todo el dÃa un santo reposo de sus propias labores, palabras y pensamientos acerca de sus empleos y recreaciones seculares, sino que también se ocupan, todo el tiempo, en el ejercicio de la adoración pública y privada, y en los deberes de necesidad y misericordia.
Éxodo 20:8; Éxodo 16:23, 25-26, 29-30; Éxodo 31:15-17; IsaÃas 58:13; NehemÃas 13:15-19, 21-22; IsaÃas 58:13; Mateo 12:1-13. |