El pasaje de 2 Timoteo 2:1 exhorta a Timoteo a esforzarse en la gracia de Cristo. Pablo, ya anciano, anima al joven ministro a ser fuerte en su caminar cristiano, enfrentando las dificultades con valentÃa. La fuerza espiritual es un deber para todos los creyentes, especialmente aquellos que buscan la gloria de Cristo. Esta fuerza no proviene de uno mismo, sino de la gracia que está en Cristo Jesús. Esta gracia es tanto salvÃfica como santificadora, lo que significa que Cristo no solo justifica, sino que también sostiene y fortalece a los creyentes a través del EspÃritu Santo. Pablo resalta que la única forma de ser fuertes es permaneciendo unidos a Cristo, quien es la fuente de todo poder espiritual. Los cristianos enfrentan oposición del mundo, el pecado y Satanás, pero deben resistir apoyándose en la gracia divina. Además, esta gracia es suficiente para sobrellevar cualquier debilidad. Finalmente, Pablo exhorta a no depender de la propia fuerza o méritos, sino a confiar plenamente en la suficiencia de Cristo para la salvación y la santificación, pues solo en Él se encuentra el poder necesario para vencer y perseverar en el camino hacia el cielo. |