Demasiado bajo para poder ver No podría decirte la cantidad de veces que he viajado en la Autovía 42 desde Toledo hasta Madrid. Seguro han sido más de las que puedo contar. Pero aunque he recorrido ese trayecto tantas veces, hoy fue diferente. Hoy vi cosas y lugares que nunca antes había visto. No porque no estuvieran allí antes, sino porque mi perspectiva hoy era diferente. Normalmente voy a Madrid en un coche bastante pequeño y bastante bajo, pero hoy fui a Madrid en una furgoneta que me permitía ver más arriba de lo que normalmente puedo ver.
Mientras observaba a mi alrededor y pensaba “¿cómo puede ser que nunca haya visto eso?” me di cuenta de lo corta y limitada que es mi perspectiva, no solamente mientras viajo en la carretera, sino mi perspectiva de la vida. Una altura más elevada hoy me dio una perspectiva diferente del mismo sitio por donde he pasado innumerables veces.
Esto me hizo pensar en nuestro Dios. Las Escrituras a menudo hablan de Dios como el Altísimo. En el idioma original este nombre de Dios es El Elyon. Y tiene la idea de el más alto. En Génesis 14:18-20 Melquisedec se refiere a Dios con este Nombre: “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo”.
Nuestro Dios, el Altísimo, está en la posición más elevada que hay, y por lo tanto tiene una visión perfecta de todo. Él nunca podrá decir como dije yo hoy “anda, mira eso que nunca había visto”. Él es el más alto. Él tiene una perspectiva perfecta. Nunca podrá estar en una mejor posición que la que ya tiene.
¿Qué impacto debe tener esto en tu vida? Cuando seas tentada a pensar que lo que estás experimentando no tiene sentido, o que Dios se ha olvidado de ti, o que Dios no puede ver realmente lo que te está pasando, recuerda, tu perspectiva es bastante limitada, pero la del Dios Altísimo es perfecta. Él lo sabe absolutamente todo. Él puede ver cosas que tú no puedes ver porque estás demasiado bajo. Estamos casi pegadas a la tierra y no podemos ver más allá. Pero no necesitamos hacerlo porque Dios nos pide que andemos por fe, no que tratemos de ver más allá de lo que podemos ver. Cuando verdaderamente andamos por fe, confiamos en que el Dios del universo, el que no puede subir más arriba de lo que ya está porque es el Altísimo, tiene el control.
¿Descansarás en el Altísimo o tratarás (frustradamente) de entender el porqué de las cosas que tu corta perspectiva te permite ver?
Te animo a que medites en esta verdad y a que descanses en el conocimiento del Dios Altísimo.
“… porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra…” (Eclesiastés 5:2)
-Adriana Parks